Una obra inédita del compositor durmió durante 143 años el sueño de los justos
El hallazgo del manuscrito es digno del argumento de una novela
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El manuscrito encontrado no es sólo recurso de escritores. Es la historia de una ópera firmada por Ruperto Chapí que había dormido el sueño de los justos durante nada menos que 143 años.
El primer capítulo se escribió hace años cuando Mariano Calvo, un estudioso de la obra de Garcilaso de la Vega y miembro de la fundación que lleva el nombre del poeta toledano, encargó al tenor Rafael Lledó investigar sobre una composición acerca de Garcilaso de la que no se tenían casi datos.
Parecía que estaba escrita por Chapí pero no se sabía mucho más. Lledó acudió primero a la SGAE y no encontró nada. Después llamó a las familias del compositor y del libretista, Antonio Arnau, y tampoco. Hasta que Mari Luz Ruiz, del archivo de la Sociedad de Autores, le recomendó que fuera a los conservatorios madrileños por si ellos tuvieran noticia.
Eligió en Real Conservatorio de Madrid, el más antiguo de nuestro país, y se llevó una alegría que le duró poco: estaba la ficha de la ópera pero el localizador estaba vacío. La bibliotecaria, convencida de que si había ficha, tenía que haber obra, siguió buscando. Encontró un preludio. Al menos había pistas. Lledó volvió un mes después y el director de la institución le explicó que, a pesar de los intentos, no había aparecido nada más. Hasta que se le ocurrió la idea que llevó hasta el libreto: ¿y en el edificio contiguo?
"Estaba la partitura completa", explica Lledó, "me dejó boquiabierto. Sentí una ilusión y una emoción tremendas", recuerda. Chapí escribió 'La muerte de Garcilaso' cuando tenía 24 años y estaba becado en Romapor la Real Academia de San Fernando. La firma el 14 de abril de 1876 en Milán. Se sabe que llegó a enviarla a Madrid para que se vieran sus progresos y un cronista de la época, del que no ha trascendido nombre, dijo que la audición tenía "melodías deliciosas". No se supo más.
Hasta que llegó a manos de este tenor: "Me tuve que poner guantes y todo para no estropear el manuscrito. Una vez visto, era indescifrable". Así que la siguiente tarea fue encargarle al director musical Tulio Gagliardo que lo descifrara. "Se pasó año y medio transcribiendo y la ópera es impresionante", añade Lledó.